Creando espacios



La ?ciudad jardín? de A Lomba: El primer gran sueño del nuevo urbanismo de Vilagarcía.

Reportaxe de Olalla Bouza en colaboracion co Faiado da Memoria.
Diario de Arousa
La ciudad comenzaba a cambiar, para bien y para mal, hacia un nuevo urbanismo que la alejaba de aquella villa bañada por el mar y uno de los grandes proyectos de esta era fue ?la ciudad jardín? de A Lomba, formada en su mayoría por chalets adosados en la que residieron funcionarios municipales y de otras administraciones establecieron d s.
El proyecto se anunció en abril de 1955 por un presupuesto de 3,9 millones de pesetas. ?Cuando se tracen y acondicionen las calles y estén en funcionamiento todos los servicios inherentes a este magnífico grupo de viviendas es indudable que aquella extensa y hermosa zona cobrará no solo un valor urbanístico sin parangón en Vilagarcía sino también que ganará mucho en belleza?, señalaba El Pueblo Gallego en 1956.
Finalmente el proyecto se hizo realidad, los chalets se conviertieron en hogares y uno de los niños que correteó por aquellos jardines fue Moncho Paredes, que recuerda perfectamente la distribución de las casas. La primera, entrando por Matosinhos, era la de José Bazaco, ?que era única?, y en esa zona vivían también César Morales, Celestino Ramos, Francisco Pérez (militar), Enrique Meyer (cargo del Ministerio de Vivienda), Manolo Novo (empleado municipal), José Fernández (de obras del Puerto), Emilio Pérez Antelo, José Burés y Enrique Melio (empleados municipales). En la zona central, relata Paredes, se situaban las casas de Antonio Villaronga, Paulino Piñeiro (juez), Manuel Trillo (practicante), Fole (empleado de la banca), Francisco Novoa, Moncho Paredes (padre), Teófilo Sábchez, Francisco Mouriño (militar), Jesús Castro, Luis García y Luis Blanco (guardias municipales) y Antonio Bugallo, cuya casa ponía punto y final a este área. ?En la fila de la izquierda la primera casa individual era la de Antonio Ricoy, seguida por la de Joaquín Durán (guardia municipal que luego expendía carnets de identidad), después la de Octavio del Río (aparejador), las siguientes eran las de Avelino Campos (ferroviario), Antonio del Río (fontanero), José Casal, Francisco Somozo y Miguel Martín (guardias municipales), Eduardo Núñez y Manuel Rey (empleados del Ayuntamiento), Manuel Barranco (guardia), José Mondragón y por último la de José Ramos, que estuvo poco tiempo y luego la casa la habitó
La ?ciudad jardín? de A Lomba: El primer gran sueño del nuevo urbanismo de Vilagarcía.

Reportaxe de Olalla Bouza en colaboracion co Faiado da Memoria.
Diario de Arousa
La ciudad comenzaba a cambiar, para bien y para mal, hacia un nuevo urbanismo que la alejaba de aquella villa bañada por el mar y uno de los grandes proyectos de esta era fue ?la ciudad jardín? de A Lomba, formada en su mayoría por chalets adosados en la que residieron funcionarios municipales y de otras administraciones establecieron d s.
El proyecto se anunció en abril de 1955 por un presupuesto de 3,9 millones de pesetas. ?Cuando se tracen y acondicionen las calles y estén en funcionamiento todos los servicios inherentes a este magnífico grupo de viviendas es indudable que aquella extensa y hermosa zona cobrará no solo un valor urbanístico sin parangón en Vilagarcía sino también que ganará mucho en belleza?, señalaba El Pueblo Gallego en 1956.
Finalmente el proyecto se hizo realidad, los chalets se conviertieron en hogares y uno de los niños que correteó por aquellos jardines fue Moncho Paredes, que recuerda perfectamente la distribución de las casas. La primera, entrando por Matosinhos, era la de José Bazaco, ?que era única?, y en esa zona vivían también César Morales, Celestino Ramos, Francisco Pérez (militar), Enrique Meyer (cargo del Ministerio de Vivienda), Manolo Novo (empleado municipal), José Fernández (de obras del Puerto), Emilio Pérez Antelo, José Burés y Enrique Melio (empleados municipales). En la zona central, relata Paredes, se situaban las casas de Antonio Villaronga, Paulino Piñeiro (juez), Manuel Trillo (practicante), Fole (empleado de la banca), Francisco Novoa, Moncho Paredes (padre), Teófilo Sábchez, Francisco Mouriño (militar), Jesús Castro, Luis García y Luis Blanco (guardias municipales) y Antonio Bugallo, cuya casa ponía punto y final a este área. ?En la fila de la izquierda la primera casa individual era la de Antonio Ricoy, seguida por la de Joaquín Durán (guardia municipal que luego expendía carnets de identidad), después la de Octavio del Río (aparejador), las siguientes eran las de Avelino Campos (ferroviario), Antonio del Río (fontanero), José Casal, Francisco Somozo y Miguel Martín (guardias municipales), Eduardo Núñez y Manuel Rey (empleados del Ayuntamiento), Manuel Barranco (guardia), José Mondragón y por último la de José Ramos, que estuvo poco tiempo y luego la casa la habitó Villaronga, nos cuenta Moncho Paredes.


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