Amalia unha infancia desgarradora

Una de los peores dramas de la vida de una persona es que le roben su niñez. Y a Amalia se la robaron. A Amalita(como la conocemos todos los vecinos y amigos) le tocó vivir en propias carnes una de las situaciones más absurdas que la vida a veces nos presenta, porque la guerra civil es una guerra absurda; no hay una tierra que consquistar y por la que luchar contra un enemigo común. En otras guerras tu compatriota es tu compañero en la lucha y peleais juntos… En la guerra civil tu vecino, tu hermano,… y hasta tu propio padre, se convierte en un enemigo y hay que eliminarlo como sea, y la sangre de tu hermano, de tu vecino, de tu padre se convierte en un trofeo. Y tu propio hermano, tu vecino , tu hijo, te “arranca” de tu casa y de tu familia y te hace desaparecer, porque ¿qué le pasó a tanta y tanta gente, sino que litaralmente desaparecieron?. Casi a diario estamos viendo en la prensa que aparecen fosas con represaliados de la “maldita” guerra, porque eso es en lo que se convierten, en represaliados, víctimas de represalias personales en tantas ocasiones…”Fue una guerra de rencillas”, es el comentario de mucha gente mayor.
Y a Amalita, como a tantos otros “niños de la guerra” le arrancaron a su familia. Cuando ella contaba con unos 12 años, su hermano Manolo tuvo que huir de casa, y para forzar su búsqueda se presentaron en su casa y se llevaron a sus padres, dejando a Amalita a su suerte, y a merced de sus vecinos. Gracias a Dios, lo que la guerra civil causa en unas personas y las vuelve terriblemente crueles, en otras causa el efecto contrario y las hace solidarias, y los supervivientes se unen en las desgracias. Y tus vecinos te acogen en tu casa, te dan de su comida, te consuelan en tu dolor.
Hoy A amalita, como a muchos otros/as, se le ha devuelto parte de esa niñez robada con el recuerdo emocionado que representa el monumento POLA LIBERDADE del parque Miguel Hernández de Vilagarcia donde, entre muchos otros, aparece el nombre de Manuel Limeres Ordóñez. Seguro que Amalita pasa muchas veces a propósito, aunque no le pille de camino, por delante de dicho monumento-homenaje para ver allí escrito el nombre de de su querido hermano al que una guerra completamente absurda pero la más cruel de todas las guerras, le arrebató la vida con una muerte con la que se llevó parte del corazón de sus seres queridos que sobrevivieron.
Y hoy Amalita con sus……años sigue defendiento valientemente sus ideas, rindiendo así un eterno homenaje a su hermano.
Comentario por Mary Gallego (23-10-2009 19:25)
No puedo contar más sobre los afectados por los “desastres de la guerra” porque, gracias a Dios, mi familia no sufrió directamente sus penalidades. Solo comentar que es ta foto viene a simbolizar la integración en la familia de los “allegados”, porque Amalita pasó a formar parte de mi familia para siempre. Ella y su marido, Alfonso, de gafas en la foto, y conocido en la Renfe por “Cesures”, son los padrinos de mi hermano mayor Julio, el rubito de delante de la foto, y el hijo de Amalia, Eladio (el delgaducho de delante en la foto y hasta hace poco publicista de Radio Arosa) siempre demostró un cariño especial por todos nosotros. Y es que ” es de bien nacido ser agradecido”.
Comentario por Mary Gallego (26-10-2009 00:17)


Deixa unha resposta

O teu enderezo electrónico non se publicará Os campos obrigatorios están marcados con *